Empecé a trabajar para Emilio y Luis Niveiro Miñana, ambos desgraciadamente desaparecidos y para su madre Mari Carmen, también fallecida. En la actualidad mi trato con la familia Niveiro se concreta en Jose Maria y en Ignacio y de modo tangencial con Miguel Angel.
Hablamos de Talavera y su cerámica e invariablemente asociamos dichos términos a otra gran familia, Ruiz de Luna, merecedora indudablemente de todo su crédito. Dicho lo cual no quita ni un ápice a la tremenda injusticia que se ha hecho desde siempre a la honra y memoria de la familia Niveiro. No por menosprecio, faltaría más, si no por el olvido en el que, desde casi todos los ámbitos, se ha mantenido y se mantiene la producción de estos ilustres ceramistas.
En el libro "El oficio del barro" (Notas de un alfarero) escrito por Emilio Niveiro Díaz y prologado por Emilio Niveiro Miñana se puede leer:
"Los secretos de las fórmulas magistrales de los esmaltes, hasta ahora tan celosa como inútilmente guardados, se ofrecen a la curiosidad del ceramista joven, abriéndole un nuevo campo de experimentación y de enriquecimiento"
Pues bien, yo quiero dar a conocer todo lo que yo he ido recabando a lo largo de los años, para que se vea la gran originalidad de sus piezas por un lado, y el clásicismo más apegado a la tradición que desarrollan en buena parte de su obra.
Todo lo que voy a mostrar me lo permitió escanear y fotografiar Luis Niveiro Miñana, para que lo utilizara en el desarrollo de mi producción cerámica. Otra vez desde estas líneas mi más profundo y sincero agradecimiento, esperando el día en el que se realice una exposición que nos muestre la verdadera importancia de esta casa, dentro de la historia de la cerámica de nuestra tierra.
